1.- Algunos oficiales del Ejército colombiano acantonados en la frontera colombo-ecuatoriana han comentado en tono arrogante, despectivo y burlesco al mismo tiempo, que en caso de un conflicto armado con Ecuador: "A esos indiecitos del Ejército ecuatoriano los volveremos ropa de trabajo, en menos de lo que canta un gallo".
2- El frente 48 le manifiesta al hermano pueblo ecuatoriano, que continuaremos denunciando ante Colombia y el mundo la agresión y provocación permanente del ejército colombiano en la zona fronteriza y sus incursiones en territorio de la hermana república en desarrollo de las órdenes del Pentágono y de los planes expansionistas de Washington que pretenden aplastar la soberanía de nuestras naciones.
3.- Hacemos un llamado a los pobladores de la frontera colombo-ecuatoriana a confraternizar mucho más y crear un infranqueable muro humano que, con la vigilancia y la denuncia oportuna, evite la penetración desde Colombia al Ecuador de elementos paramilitares con fines desestabilizadores obedeciendo a los planes desintegracionistas latinoamericanos del Imperio gringo, a través del Caín de América Álvaro Uribe Vélez.
Pablo Catatumbo. Integrante del Secretariado de las FARC EP
A mediados de agosto 1964, en el aeropuerto principal de la muy militarizada ciudad de Saigón, aterrizó un modernísimo avión militar Boeing de bandera norteamericana.
A los pocos minutos de haberse apagado los motores, bajó por las escalinatas, el General William C. Westmoreland, acompañado de su ayudante Robert Komer, quien era fundador de la CIA y responsable de desarrollar la operación FÉNIX.
A continuación descendió un numeroso séquito de escoltas, y, por primera vez, pisó el suelo de Vietnam del Sur.
Era un tipo impresionante de casi dos metros de estatura, rubio sajón, nariz de águila rapaz, y unos ojos color de un intensísimo azul-gris metálico.
El general William C. Westmoreland, era el enviado del presidente Lyndon B. Johnson y había sido comisionado por el Pentágono para asumir el mando supremo del contingente militar. Su misión: escalar la intervención norteamericana en Vietnam.
Una intromisión militar, que se había iniciado en 1961 bajo la mampara de un engañoso tratado de “colaboración”, con el gobierno pro católico de Ngo Dinh Diem, un gobernante pelele, impuesto por Washington para que siguiendo órdenes de la Casa Blanca se negara a reconocer el tratado de paz acordado en Ginebra en 1954 con los franceses y que obligaba al gobierno del Sur a realizar elecciones generales y así definir la reunificación del Vietnam en un solo país.
A finales de octubre de 1963 tras permanecer nueve años en el poder, Diem ya no servía más a los planes del Imperio, su gobierno se había hecho impopular, se convirtió en dictador y se negaba además a cumplir la orden de Washington que le exigía renunciar, intentó reelegirse, y se volvió incómodo a los intereses de USA.
Lo que siguió después, es que el primer día de noviembre de ese mismo año, fue derrocado por un golpe militar con la aprobación del presidente John Fitzgerald Kennedy y orquestado por la CIA, en el cual resultaron asesinados él y su hermano Ngo Dinh Nhu, quien a la vez era su lugarteniente. Algunos años después, el avezado Jefe de la estación de CIA en Saigón, Lucien Conein al presentar un informe al senado escribiría: “Yo fui parte integrante de toda la conspiración”.
Su asesinato produjo un creciente clima de desestabilización política y lucha de poderes que hizo que en solo un año se sucedieran 9 juntas militares, hasta que en su reemplazo se instaló a otro fantoche que sí cumpliera las órdenes: Nguyen Van Thieu.
La llegada de Westmoreland estaba precedida de más artimañas: dos semanas antes de su arribo a Vietnam, la CIA había fabricado el pretexto para justificar la invasión.
Según Washington, en los primeros días de agosto de 1964, lanchas torpederas norvietnamitas habían atacado a dos destructores de la marina de Estados Unidos en el Golfo de Tonkín que provocadoramente y sin aviso previo, navegaban en aguas de Vietnam del Norte. (Años después La Casa Blanca reconocería oficialmente que el ataque Norvietnamita nunca ocurrió y que se trató de una operación encubierta de la CIA).
Ese fue el subterfugio inventado para poder agredir a Vietnam del Norte.
Los Estados Unidos -como dijimos-, habían iniciado su intervención militar en 1961 enviando primero un puñado insignificante de asesores militares (600), que ya al año siguiente sumaban algo más de 11.000 unidades, de los cuales, el 90% eran agentes y analistas de la CIA, guarismo que se fue aumentando con la llegada de soldados de tierra, aviación e infantería de marina, hasta alcanzar la descomunal cifra 541 mil invasores en el esplendor de una de las guerras mas infames libradas por el Imperio de los EE.UU. contra una nación del tercer mundo.
La llegada de este General marcó el inicio de esa etapa y el ascenso a un nuevo peldaño de la escalera de la guerra, en aquel lejano país del sudeste asiático.
Westmoreland fue el responsable de poner en práctica y desarrollar una especie de PLAN PATRIOTA cuya meta estratégica era impedir la autodeterminación de Vietnam del Norte como nación independiente y someter a ese país, bajo la férula norteamericana.
Fue él, quien a mediados de 1965, dio inicio a los interminables bombardeos sin escrúpulos de los recién estrenados aviones B-52, denominados las “fortalezas volantes” de la Fuerza Aérea norteamericana, sin escatimar uno solo de los centenares de recursos del arsenal terrorista que poseen los Estados Unidos para doblegar la voluntad de los pueblos que luchan por su independencia: bombas de cinco mil kilos de TNT, de NAPALM, del llamado Agente Naranja, bombas propagadoras del virus de Viruela Negra, bombas químicas y exfoliantes, bombas de racimo, bombas incendiarias de fósforo blanco, etc.
Bombardeos que se prolongaron ininterrumpidamente por años, produciendo casi dos millones de muertos y 3 millones de heridos, la mayoría de ellos entre la población civil, 12 millones de refugiados y la destrucción de la casi totalidad de la infraestructura eléctrica, ferroviaria, represas, acueductos y edificios públicos de ese país.
En 1966, el presidente Lyndon B. Johnson -quien ya empezaba a advertir su fracaso-, y con aprobación del Pentágono, ordenó minar con explosivos de alta potencia todos los puertos de Vietnam del Norte, en especial el puerto de Haiphong, con el único propósito de impedir que los vietnamitas se abastecieran de agua y alimentos, sin lograr alcanzar su objetivo estratégico de doblegar la voluntad de lucha de ese país.
Y así continuó Westmoreland, dos años más hasta que a comienzos de 1968, debido a sus continuos reveses en el campo de batalla y a sus constantes falsificaciones de los resultados de la guerra, (como cuando afirmó en una rueda de prensa que la ofensiva del TET había sido un fracaso), a tiempo que la prensa independiente y la televisión mostraban imágenes de la embajada de Estados Unidos en Saigón asaltada y en llamas, decenas de miles de muertos y más de cien objetivos militares atacados por el Vietcong, obligó su relevo y habría de pasar a la historia como uno de los tantos genocidas y carniceros fracasados que tuvo esa guerra.
Westmoreland fue reemplazado por un casi anónimo, incompetente y poco relevante colega: el General Creighton Abrams, que siguió haciendo lo mismo, con mayor intensidad y con la misma ineficacia.
Finalmente, los norteamericanos fueron derrotados en 1975 pagando un costo altísimo en billones de dólares desperdiciados (686.000 millones de dólares), 58 mil soldados muertos reconocidos oficialmente, 587 prisioneros de guerra, más de 200 mil soldados heridos, mutilados, lisiados o inválidos y la vergonzosa afrenta política de haber sufrido su primera derrota militar en una guerra internacional, por un diminuto país casi escuálido y sin mayores recursos.
Esto ocurrió hace tiempo es verdad y en un país muy lejano. Pero hoy día es casi universal la aceptación de que esa intervención norteamericana no solo fue una infamia sino un tremendo error político y militar.
El paralelo es válido, guardadas las proporciones de tiempo modo y lugar con lo que acontece ahora en Colombia, pues nos aprestamos a repetir la historia. Y la lección también.
¿Cuál era la tesis norteamericana para justificar su intervención en esa guerra?
La defensa de la “democracia amenazada” adujeron: “A los vietnamitas hay que aplastarlos porque son comunistas” propalaban a los cuatro vientos los José Obdulios de aquella época. “Ho Chi Min es un títere y un instrumento de Moscú”, aseguraban.
A renglón seguido y, como ahora, recurrieron a inventar una falacia: La teoría del “efecto dominó”, según la cual, si los Estados Unidos no intervenían para impedirlo, todos los países del sudeste asiático, inexorablemente caerían uno a uno “como fichas de dominó”, en las garras del totalitarismo y del comunismo.
Eso hacía que fuera indispensable y necesario el sacrificio y la matanza de ese pueblo; era una guerra “libertaria”, según decían, pues se trataba de salvar a la humanidad de la “esclavitud”; y era también una invasión “humanitaria”, pues se trataba de llevar la “civilización,” amenazada por los “demonios del mal” de aquella época, el eje Moscú – Pekín.
Así, con esas especulaciones repetidas mil veces, y por todos los medios, quedó limpio y justificado el camino para comenzar la guerra de exterminio contra el pueblo de Vietnam.
¿Y que decía en aquellos tiempos cuando se desarrollaba la guerra en Vietnam, la propaganda oficial, refiriéndose a las FARC?.
Que las FARC éramos agentes financiados por el oro de Moscú e instrumentos de la política exterior de la Habana, en su afán de exportar la revolución. Jamás fuimos ni lo uno, ni lo otro.
¿Qué dicen ahora?.
Que ya no somos comunistas ni revolucionarios, que abandonamos los ideales socialistas y que ahora somos narcotraficantes y terroristas.
Muchos dirán que esto es historia pasada, pero algo muy parecido está ocurriendo en Colombia.
En nuestro país, también hay una guerra.
Una guerra de marcadas características políticas y sociales, que ya pasó del medio siglo. Una guerra que no surgió por generación espontánea, ni se la inventó la insurgencia.
Una guerra que le impusieron como represión las oligarquías de este país al pueblo pobre y que surgió como defensa y respuesta legitima de las masas campesinas a la decisión política de una élite opulenta y rapaz, criminal y mafiosa, que decidió imponer por encima de toda consideración, su dominación plutocrática a sangre y fuego.
21 Millones de pobres y 9 millones de colombianos en la pobreza absoluta según estadísticas oficiales, el 66% por ciento de los cuales, se encuentra dentro de la población rural, 4 millones de desplazados a punta de terror Estatal - paramilitar en un país de 45 millones de habitantes y el deshonroso récord de ser después de Haití el país más desigual de América Latina, es ya suficiente elocuencia.
No se trata de forzar un paralelismo, entre dos situaciones que tienen obvias diferencias políticas, territoriales e históricas, pero si llamar la atención sobre algunas similitudes.
¿En qué se parece la invasión imperialista contra el pueblo de Vietnam a la que se aprestan a desarrollar ahora, contra el pueblo en Colombia?
Sobre todo en los métodos de imponernos esta guerra; en la mentira y en los pretextos para justificarla; y en la excusa para acreditar la invasión, en los hábitos de guerra sucia, de impunidad, de desplazamiento, re-poblamiento de zonas, técnicas de guerra sicológica, propaganda negra y desinformación. Es allí donde uno encuentra coincidencias y similitudes.
Según declaraciones posteriores de Henry Kisinguer, consejero personal en asuntos de seguridad del presidente Richard Nixon y otros asesores militares norteamericanos, incluidas las del mismo general Westmoreland ya en el ocaso de su vida, desde comienzos de la primavera de 1968 el gobierno Estadounidense había llegado a la conclusión de que la guerra en Vietnam no se podía ganar por medios militares y que era necesario buscar una salida negociada.
No obstante haber arribado a esa conclusión, los Estados Unidos persistieron en su esfuerzo criminal, y, al tiempo que iniciaron conversaciones de paz en Paris, sin ninguna intención de alcanzar un acuerdo, arreciaron los bombardeos masivos con aviones B-52 contra Vietnam del Norte y extendieron la guerra hacia Camboya y Laos, utilizando como pretexto un golpe de Estado protagonizado por un fanático fascistoide llamado Long Nol, contra el Príncipe Norodon Siahanuk a quien acusaban de cómplice de Hanói.
¿Cuántos Norteamericanos y vietnamitas murieron después de esta conclusión?
Aquí en Colombia también está pasando lo mismo.
Muchos colombianos y patriotas han llegado a esa misma conclusión, muy a pesar de que algunos intelectuales vendidos, (venables), despachen las cosas rapidito, no por ignorancia sino por parcialidad o por no perder el puesto, argumentando que no cabe la comparación, porque lo de Vietnam “era una guerra en el contexto de la guerra fría” afirman, y ahora de lo que se trata es de acabar con el “narcotráfico” y el “terrorismo”, soslayando la realidad y torciéndole el pescuezo a la verdad de lo que acontece.
¿Cuántos colombianos más, habrán de morir por esa terca obstinación del militarismo y de los militaristas?
Nunca en la historia de Colombia ningún gobierno había llegado tan lejos, ni se había atrevido a tanta bajeza como éste en su condición de cipayo del imperio, para hundir el país en semejante piélago de degradación moral y de violación de todos los grandes principios por los que lucharon los padres fundadores de esta nación.
Nunca había sido más cínica, apátrida, pérfida y criminal una guerra contra el pueblo como ésta, que vienen a escalar los norteamericanos, pues no será éste gobierno apátrida sino toda la nación que fraudulenta y engañadamente dejó en sus manos los destinos del país en este tramo de su historia, la que pagará las consecuencias.
Octubre de 2009
Partes de guerra del Comando de Occidente FARC-EP
CONSOLIDADO DE LAS ACCIONES MILITARES EN OCTUBRE
[Además de incluir acciones de guerra, puede incluir acciones de sabotaje]*Nota de la redacción de Resistencia
Octubre 1:
* Se combatió con ejército en la vereda las Guacas, municipio de Corinto - Cauca por espacio de 4 horas. R: 2 soldados muertos, uno herido. Un helicóptero arpía salió averiado.
* Hostigada patrulla del ejército contra guerrilla en el Alto del Palo por dos horas. R: 2 soldados muertos.
Octubre 2:
* Asaltada patrulla móvil de infantería de marina de la base fluvial de Timbiquí, Cauca. R: 7 militares muertos. Recuperado un fusil Galil 5.56 con 19 proveedores, un lanzagranadas M-79 con 24 Granadas, 5 chalecos, 2 equipos, una canana para M-60, 1.437 tiros y material de intendencia
* Combates con ejército en Atalá, municipio de Toribío - Cauca. R: 2 soldados muertos.
Octubre 4:
* Emboscada patrulla de policía en El Plateado, Argelia - Cauca. R: 3 policías muertos y un número indeterminado de heridos.
Octubre 7:
* Se hostigó patrulla del ejército en el Km 80 vía Tumaco – Pasto. R: 4 militares muertos, dos heridos.
Octubre 8:
* Ejército cayó en campo minado en el sitio Espavé, municipio del Charco - Nariño. R: un soldado muerto, uno herido.
Octubre 10:
* Se combatió con ejército en el sitio Pueblo Nuevo, municipio de Satinga - Nariño. R: 2 militares muertos, Propios un guerrillero muerto.
Octubre 13:
* Se hostigó grupo de policía en el corregimiento las Marías, municipio de Satinga - Nariño.
Octubre 14:
* Hostigado ejército en el kilómetro 78 vía Tumaco.
Octubre 15:
* Hostigada patrulla del ejército en el filo Tortuga, municipio de Magüí Payán.
FINAL PARTES DEL OCCIDENTE
Partes de la Columna Móvil Jacobo Arenas 2009
[Además de incluir acciones de guerra, puede incluir acciones de sabotaje]*Nota de la redacción de Resistencia
Enero 1:
* Hostigaron a tropas del ejército en el municipio de Caldono - Cauca.
R: 3 soldados heridos
Enero 4:
* Hostigado ejército en Sesteadero, municipio de Toribío. R: 1 soldado herido.
Febrero 9:
* A las 00:40 horas, asaltado pelotón de soldados adscrito a la 29 brigada del ejército, en El Agrado, municipio de Piendamó - Cauca. La acción duró 10 minutos. R: 14 militares muertos. Entre ellos un cabo segundo y un dragoneante. Recuperados: 6 fusiles Galil con 40 proveedores y 4000 tiros, 1 mortero 60 mm con 4 granadas, 15 granadas de mano, celulares, 1 desactivador mecánico de minas, material de intendencia y documentos de importancia.
Febrero 19:
* Se hostigó en dos ocasiones ejército en la base de La torre de Toribío - Cauca.
* Se hostigó helicóptero que estaba abasteciendo la tropa en la base de la Torre de Toribío.
Febrero 22:
* Se hostigó con artillería fariana en la vereda el Veinte, municipio de Caldono.
* Se combatió desde las 08:00 hasta las 15:00 horas con ejército y CTI en Danubio y Carrizales, municipio de Corinto - Cauca. R: un oficial del ejército y un soldado muertos.
Febrero 26:
* Hostigados ejército y policía que custodiaban a la primera dama en Caldono - Cauca.
Marzo 3:
* Detonado minado al paso de ejército en la vereda la Romelia, municipio de Toribío - Cauca.
R: 2 soldados muertos, tres heridos.
Marzo 17:
* Choques con la policía en Santa Bárbara, Caldono. R: un policía herido.
Marzo 20:
* Averiadas dos torres de energía en Mata Redonda, municipio de Morales - Cauca y otra en Mazamorrero, municipio de Santander de Quilichao.
Marzo 22:
* Golpe de mano a tres policías en el casco urbano de Toribío - Cauca. R: dos policías muertos, uno herido.
* A las 15:00 horas se detonó minado a helicóptero en tierra, en la cancha de Toribío, saliendo hacia Jambaló. R: Helicóptero averiado. Herido el piloto.
* Obstruida vía Panamericana en el Cairo, municipio de Cajibío - Cauca y paralizado el tránsito de vehículos durante 6 horas.
* derribadas dos torres de energía en la Aurelia, de Cajibío - Cauca y otras dos en el Carmen municipio de Inzá - Cauca.
Marzo 25:
* Asaltado pelotón del ejército, en Silvia - Cauca cerca del barrio el Chiman. Se atacaron las caletas con granadas de mano y fusilería. Simultáneamente se hostigó el puesto de policía. R: un soldado muerto, 5 heridos.
* Hostigada patrulla del ejército en Zumbicó, municipio de Jambaló - Cauca.
* Hostigado ejército en la vereda el Azul, Caldono - Cauca.
Marzo 26:
* Combates con ejército en Córdoba, municipio de Inzá - Cauca.
* Se emboscó patrulla del Gaula de la policía, en el municipio de Puerto Tejada. R: 2 policías muertos y uno herido. Un carro averiado.
Marzo 27:
* Se emboscó ejército, en cabecera municipal de Cajibío Cauca. R: un soldado muerto y 4 heridos.
Marzo 28:
* Se activó bomba a una trinchera del puesto de policía de Jambaló - Cauca.
Marzo 29:
* Se atacó grupo especial del batallón Pichincha en Caloto - Cauca. R: un soldado muerto, 7 heridos. Recuperado fusil Galil. Propios: un guerrillero herido. Simultáneamente se dinamitó el puente entre Caloto y Corinto, en el sitio la Trampa.
* Se hostigó puesto de policía de Caldono Cauca.
* Hostigaron patrulla del ejército en la vereda Zumbicó, municipio de Jambaló.
* Se dió de baja un policía en el corregimiento de Mondomo - Cauca.
Abril 1:
* Se hostigó ejército en Santa Rosa, Caloto - Cauca. R: un soldado muerto.
Abril 2 y 3:
* Se hostigó el ejército en la Paz, de Toribío - Cauca. R: 3 soldados muertos.
Abril 4 y 5:
* Hostigamientos a puesto de policía de Toribío - Cauca.
Abril 6:
* Lanzaron granada de mano a la policía en el barrio el Porvenir, del casco urbano del municipio de Santander de Quilichao - Cauca. R: 2 policías heridos, una moto destruida. Distribución de propaganda en el casco urbano.
Abril 8:
* Hostigaron puesto de policía de Caldono Cauca
Abril 9:
* Se atacó una compañía del ejército del batallón Pichincha en la vereda la Paz, municipio de Jambaló Cauca.
Abril 12:
* Dinamitaron una alcantarilla de la vía Panamericana, frente a la cabecera municipal de Piendamó - Cauca. Paralizado el tránsito de vehículos por espacio de 6 horas. Una tractomula destruida.
Abril 13:
* Se activó minado a ejército en la vereda la Placa, municipio de Caloto - Cauca en el momento que dormían en un campamento minado. R: 12 soldados muertos y 6 heridos.
Abril 15:
* Se hostigó ejército en la vereda la María, municipio de Jambaló - Cauca.
Abril 18:
* Activaron minado a patrulla de la policía en el municipio de Caloto - Cauca. R: 2 policías heridos.
* Hostigaron puesto de policía de Caldono Cauca
Abril 19:
* Se atacó una compañía del ejército del batallón Pichincha en la vereda la Paz, municipio de Jambaló Cauca.
Abril 30:
* Choque con patrulla del ejército, en el sitio San Juanito, municipio de Caldono - Cauca. R: 3 soldados muertos. Propios: un miliciano desaparecido.
Mayo 8:
* Hostigado ejército en la vereda la Palma, municipio de Toribio - Cauca.
Mayo 9:
* Atacadas dos patrullas del ejército en las veredas la María y Carrizal municipio de Jambaló - Cauca durante de 3 horas.
Mayo 10:
* Hostigada policía en cabecera municipal de Toribío - Cauca.
Mayo 18:
* Hostigado cuartel de policía de Totoró – Cauca. R: un policía herido.
Mayo 21:
* Hostigado ejército en las veredas la María, Carrizales y el Trapiche. Desde las 10:40 hasta las 17:30 horas.
Mayo 23:
* Hostigado puesto de policía de Morales Cauca. Simultáneamente se chocó en el casco urbano con patrulla de refuerzo. La policía salió del puesto echando bala para todas partes matando a un civil y dejando 2 heridos.
* Hostigada patrulla del ejército en el corregimiento la Milagrosa, municipio de Inzá - Cauca.
* Hostigada patrulla del ejército en la vereda el Trapiche, municipio de Jambaló - Cauca
Mayo 25:
* Hostigado ejército en las veredas Vilachí y el Porvenir del municipio de Caldono - Cauca.
* Hostigado ejército en vereda la María, municipio de Jambaló.
* Atacada patrulla de la policía en el municipio de Silvia - Cauca. R: un policía herido.
Mayo 26:
* Se combatió con ejército en la vereda el Cabuyal, municipio de Inzá - Cauca.
* Emboscada patrulla de la policía en la vía Caloto– Villa Rica, Cauca. R: un policía muerto, dos heridos.
Mayo 28:
* Hostigado ejército en la vereda Carrizales, municipio de Jambaló - Cauca, desde las 10:50 y hasta las 14:00 horas.
Mayo 29:
* Emboscada patrulla de policía en el municipio de Cajibío - Cauca. R: dos policías heridos.
Junio 12 y 13:
* Hostigado ejército en sitio La María, municipio de Jambaló.
Junio 17:
* Hostigada patrulla en vereda el Chocho, municipio de Caloto, Cauca.
* Hostigado ejército en el Trapiche, municipio de Jambaló.
Junio 23:
* Emboscada patrulla del ejército con minados en la vereda Chorrera Blanca, municipio de Morales - Cauca. R: 5 soldados muertos, 4 heridos. Recuperado 1 fusil 5.56 con un proveedor y 35 cartuchos. Propios un guerrillero herido.
Junio 26:
* Emboscada con minado patrulla del ejército en la vereda el Trapiche, municipio de Jambaló. R: 2 soldados muertos, 6 heridos.
Junio 29:
* Francotiradores dieron de baja a dos soldados en la vereda Villa Rica, municipio de Caldono - Cauca. Ejército mató a un civil.
Julio 1:
* Hostigado ejército en la vereda el Trapiche, municipio de Jambaló - Cauca.
Julio 2:
* Se combatió con patrulla de la policía en el casco urbano de Siberia - Cauca.
R: un policía muerto, uno herido.
* Francotirador hirió a un soldado de la 29 brigada en la vereda el Trapiche, municipio de Jambaló.
Julio 4:
* Choques con ejército en la vereda el Trapiche, municipio de Jambaló Cauca.
Julio 8:
* Hostigadas tropas del ejército en la vereda Guaitala, municipio de Santander de Quilichao.
Julio 9:
* Hostigada patrulla del ejército en la vereda Carrizales, municipio de Caldono - Cauca.
Julio 11 y 12:
* Hostigada patrulla del ejército en la vereda la Palomera.
Julio 12:
* Se hostigó ejército en la vereda el Trapiche, municipio de Jambaló.
Julio 20:
* Hostigada patrulla del ejército en la vereda el Trapiche del municipio de Jambaló.
Julio 28:
* Hostigado ejército en la vereda el Peñón, municipio de Silvia - Cauca.
Julio 30:
* Hostigado ejército en la vereda Buena Vista, municipio de Silvia - Cauca.
Agosto 19:
* Destruida con explosivo nueva sede de la fiscalía de Santander de Quilichao - Cauca. R: destrucción total de la sede, incluidas 20 oficinas.
Agosto 21:
* Hostigado ejército en la vereda el Roble, municipio de Jambaló - Cauca.
* Hostigado helicóptero en la vereda Loma Redonda, municipio de Jambaló - Cauca.
Septiembre 7:
* Hostigado puesto de policía del municipio de Silvia - Cauca.
Septiembre 8:
* Hostigada patrulla del ejército en la vereda la Aurora, municipio de Santander de Quilichao. Desde las 06:30 hasta las 18:30 horas.
Septiembre 11:
* Hostigada patrulla del ejército en la vereda Carrizal, municipio de Jambaló - Cauca.
Septiembre 12:
* Dado de baja por francotiradores soldado de la 29 brigada en la vereda Arauquita, corregimiento de Santander de Quilichao - Cauca.
Septiembre 14:
* Hostigado puesto de policía de Caloto Cauca. Recuperado del banco Agrario un millón de pesos.
Septiembre 17:
* Hostigada patrulla del ejército en la vereda Carrizal, Jambaló - Cauca. Se
hostigó flotilla de 5 helicópteros de transporte de tropas que hizo presencia en el sector.
Septiembre 18:
* Hostigada patrulla del ejército en la vereda Carrizal, Jambaló - Cauca.
Septiembre 19:
* Hostigada flotilla de helicópteros en la vereda Nuevo Día, municipio de Santander de Quilichao - Cauca.
Septiembre 25:
* Se hostigó patrulla del ejército en la vereda la Meseta, municipio de Suárez - Cauca.
* Se hostigó patrulla del ejército en la vereda la Placa, municipio de Santander de Quilichao.
Septiembre 26:
* Se hostigó Ejército en la vereda la Placa, municipio de Santander de Quilichao.
Septiembre 27:
* Detonado minado al paso de una patrulla del ejército en la vereda Huellas, municipio de Caloto - Cauca. R: un soldado muerto.
* Hostigado ejército en la vereda la Placa, municipio de Santander de Quilichao. R: un soldado herido.
* Hostigada patrulla del ejército en el corregimiento de tres Quebradas, municipio de Santander de Quilichao.
Octubre 10:
* Hostigado puesto de policía del corregimiento de Siberia, del municipio de Caldono. R: un policía herido.
Octubre 11:
* Detonado minado al paso de una patrulla de la policía que se movilizaba entre Pescador y Siberia, municipio de Caldono - Cauca. R: 5 policías muertos.
Octubre 13:
* Se combatió en dos ocasiones con ejército en sitio Galilea, vereda de Altamira, municipio de Caldono - Cauca.
Octubre 15:
* A las 03:00 horas se asaltó avanzada del ejército perteneciente a la 29 brigada en la vereda las casitas, corregimiento la Pedregosa, municipio de Cajibío - Cauca. R: 3 soldados muertos, 3 heridos entre ellos un oficial.
FINAL PARTES DE LA COLUMNA MOVIL JACOBO ARENAS
1.Nuestra decisión de liberar unilateralmente al sargento Moncayo y al soldado Calvo es irrevocable, así como también la entrega de los restos del mayor Guevara.
2.Las dificultades surgidas en estas últimas semanas y que han ocasionado nuevas demoras son consecuencia de los acrecentados operativos militares pues mientras el gobierno afirma que facilitará las condiciones para el regreso de los prisioneros, incrementa sus operaciones en las tres áreas haciendo todo lo posible para impedir las liberaciones.
3.Moncayo y Calvo están listos para su liberación. La entrega de los restos del mayor Guevara debemos aplazarla dado que el ejército ocupa el área donde se encuentran.
4.La liberación unilateral determinada por las FARC - EP, es un irrefutable hecho de paz, una demostración inequívoca de voluntad política por el canje. El gobierno de Álvaro Uribe debe garantizar su culminación sin provocaciones, ni esguinces, ni trampas, con diafanidad frente a las familias, al país y al mundo. Jamás se ha visto a un ejército interponer tanto obstáculo para posibilitar la libertad de sus propios soldados.
5.Es necesario que se hagan públicos los protocolos acordados.
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP Montañas de Colombia, Marzo 23 del 2010
Saludo al Encuentro por el Intercambio Humanitario
Saludamos a los organizadores y a los participantes de este evento por el intercambio humanitario, a los familiares de los militares y policías prisioneros de guerra en poder de las FARC, saludamos a los presos políticos, a los guerrilleros y milicianos detenidos así como a sus familiares, a la vez que con profundo sentimiento fariano, enviamos nuestra voz de aliento a Simón Trinidad, a Sonia y a Iván Vargas, desterrados de Colombia por un presidente apátrida, por su compromiso como luchadores revolucionarios, presos y víctimas de juicios amañados en los Estados Unidos.
Desde que a nuestro país le impusieron los dirigentes liberales y conservadores esta guerra fratricida hace 60 largos años, ha sido el pueblo, tanto urbano como campesino, indígena y afrodescendiente, el que ha sufrido y sobrellevado el peso fundamental de la violencia.
Años de confrontación permanente durante los cuales los ricos de Colombia multiplicaron su práctica del crimen y el atentado personal como instrumento de la política y consolidaron el paramilitarismo como estrategia del Estado, con el objetivo de perpetuarse en el poder, desarrollar sus modelos económicos anti populares, despojar de sus tierras a colonos, a pequeños y medianos propietarios y a las comunidades indígenas y negras. Toda una época de arrodillamiento ante los dictados de Washington.
El proceso de conformación de Colombia como Estado - nación ha sido una intensa lucha contra el coloniaje imperial, contra la explotación y contra las injusticias. Nuestro pueblo ha sido obligado a combatir sin tregua, durante siglos, por sus derechos básicos de vida, dignidad e independencia. Y era lógico que ante el terror y la arbitrariedad desatados por los distintos gobiernos contra los pobres del campo y la ciudad a mediados del siglo anterior, estos se levantaran a defender vida, familia y bienes en una desigual confrontación de resistencia que perdura desde entonces, precisamente porque las razones que generaron el alzamiento aún subsisten.
El mismo paramilitarismo de los años 50, sostenido en la concepción fascista de la Seguridad Nacional y enriquecido sin medida durante los últimos 30 años con los dineros del narcotráfico, hoy se ha enquistado en el aparato del Estado a través de sus jefes e ideólogos, y con el aval de la Casa Blanca, que como lo muestra la historia contemporánea, usualmente se apoya en los gobiernos más corruptos para propiciar sus aventuras militares como la que desarrolla actualmente contra América Latina.
Sucedió, que en esta larga jornada de resistencia popular y de dignidad nacional, por múltiples razones históricas y de coyuntura, se fueron conformando movimientos revolucionarios que no solo enfrentaron a las fuerzas armadas oficiales y para institucionales, sino que además algunos se estructuraron y dotaron de unas normas internas, de unos estatutos y de unos reglamentos de régimen disciplinario como en el caso de las FARC - EP, donde también analizamos y precisamos un plan hacia la conquista del poder político y un programa de gobierno que permita construir la Nueva Colombia, democrática, soberana y con justicia social como alternativa al régimen oligárquico vigente del Terrorismo de Estado y como final de esta violenta etapa de la historia nacional.
Somos entonces, respuesta popular a la rapacidad, a la injusticia y a la estrategia de violencia clasista ejecutada por los ricos que usurparon el poder en Colombia en detrimento del bienestar de la mayor parte de la población.
Como revolucionarios, seremos perseverantes en la búsqueda de caminos de superación del conflicto a través de los acuerdos políticos como lo hemos sido desde Marquetalia en 1964 pero, debemos decirlo, mientras perdure la confrontación, habrá prisioneros de las partes contendientes, que en nuestro caso, apresamos en los campos de batalla, armados, rendidos e identificados plenamente. Esa realidad es una verdad incontrovertible porque toda guerra es una sucesión de tragedias dentro de las cuales la pérdida de la libertad es solo una de sus posibilidades.
Las partes comprometidas en el conflicto, deben responder por los adversarios que apresen, de acuerdo a las condiciones de cada una. Nosotros, revolucionarios que desarrollamos una guerra de guerrillas móviles, con desplazamientos permanentes y riesgos de confrontación ininterrumpidos, acompañados sin descanso del tenso ambiente del combate, damos a los prisioneros de guerra un trato respetuoso, digno, de acuerdo a las posibilidades existentes. Como señalábamos en un mensaje que les enviamos a los prisioneros en nuestro poder, ninguna animadversión personal nos distancia de ellos, no albergamos odios tampoco rencores, simplemente tenemos conciencia que siendo todos hijos del pueblo, estamos situados en distintas orillas del conflicto como efecto de esta guerra impuesta por los ricos que disfrutan en sus palacetes mientras una juventud de origen humilde, acude al combate a defenderle sus privilegios.
Son estos mismos oligarcas, los que niegan la existencia del conflicto armado y social que lacera la patria, pero reclaman sin descanso dinero para la guerra, los mismos que manchan de indignidad la patria abriendo puertas a la presencia y accionar de las mercenarias tropas gringas con la disculpa de la lucha contra el terrorismo, son los mismos ricos que niegan el canje de prisioneros de guerra y juegan con los sentimientos de los familiares haciéndoles creer, desde hace 7 años, que su libertad está muy cerca.
Debemos decirlo claramente: la oligarquía, de momento, ha cerrado las posibilidades del canje, porque, asegura, debilita su política de seguridad democrática, ya de por sí roída hasta la médula por los sistemáticos y masivos crímenes de civiles ejecutados por la fuerza pública y por la profunda penetración del narco paramilitarismo en el aparato del estado, al que le extraditaron sus íconos a manera de fusible, pero que continúa afianzándose cada día más en el Régimen como es evidente en el proceso de la parapolítica y en la campaña electoral en curso.
De nuestra parte, insistiremos en el canje. Hemos dado muestras inequívocas de disposición para acordar unas reglas de juego, desde que unilateralmente liberamos más de 350 prisioneros en el Caguán y flexibilizado permanentemente las circunstancias que deben rodear un encuentro en tal sentido. Por ejemplo: desde el 16 de abril pasado, anunciamos, como demostración cierta de voluntad, la liberación del cabo Moncayo así como la entrega de los restos del mayor Guevara a su familia. Luego agregamos al soldado Calvo, que sus jefes abandonaron herido en el campo de batalla. Lo único que debe hacer el gobierno por ellos es autorizar que los recojan. Son personas al servicio del estado, pero el presidente no ha querido.
Todo esto nos alienta a intensificar esfuerzos por el canje. Tenemos también la tarea de impedir que los guerrilleros y guerrilleras detenidos se pudran en los calabozos del sistema, que allá no los extorsionen, ni los torturen, que les respeten sus convicciones, dignidad y su compromiso de conciencia, que no persigan a sus familiares ni a sus defensores, que no intimiden a quienes les proveen solidaridad. Y tenemos la tarea, el ineludible compromiso, de luchar por la repatriación de Simón, de Sonia y de Iván Vargas. Objetivos de grandes dimensiones y cuyas dificultades solo estimulan nuestro compromiso revolucionario.
Estamos convencidos que de materializarse un acuerdo de canje, se abrirían inmensas posibilidades hacia la solución política del conflicto. Los frustrados esfuerzos de ocasiones anteriores nos proveen de la madurez y la estatura requeridas para construir colectivamente el camino que conduzca a Colombia al final del túnel.
Nos duele Colombia invadida por una violencia ya no solo rural sino urbanizada, y no precisamente por la acción individual de los delincuentes sino por una dimensionada violencia larvada y desarrollada a partir de las corruptas instituciones oficiales, de la asfixiante antidemocracia y de los profundos abismos sociales existentes.
Nos duele apreciar la patria invadida y atenazada por militares del más grande imperio de la historia, el que se precia de no tener amigos sino intereses, que de contera amenaza la convivencia pacífica de los latinoamericanos.
Nos duele el país atormentado por esas masacres sistemáticas denominadas "falsos positivos", que pretenden ser demostración de eficacia militar y validez de una estrategia autodenominada "democrática".
Nos duele la sociedad que rebaja hasta el infinito los impuestos a los ricos y los aumenta a los sectores medios y pobres de la población; que subsidia a los grandes potentados, a los mafiosos, a los corruptos y le niega esos dineros a quienes verdaderamente los requieren.
Nos duele el país que convirtió a las Fuerzas Armadas oficiales en un partido político ultraderechista y clasista a la sombra de la llamada "seguridaddemocrática” que no es otra cosa que la máscara de la dictadura.
Nos duele el campo colombiano porque la violencia oficial, la para institucional y el narcotráfico dimensionaron dramáticamente la concentración de la tierra, ya que el latifundio se extendió a costa de las propiedades de los 4.5 millones de desplazados y de los millones de amenazados que el gobierno mantiene en el abandono, porque este es el gobierno de los grandes hacendados y ganaderos. De todos aquellos que se han beneficiado de la violencia de estos últimos 60 años, incluyendo a los nuevos ricos de las distintas bonanzas y a los militares que se han quedado con las tierras de muchos de los desplazados.
Estos son los problemas que están en el centro de la solución definitiva del conflicto. Siempre hemos considerado que su superación será sólida y duradera, si las mayorías que realmente sentimos la patria, la de todos, encontramos los caminos que conduzcan al acuerdo de paz, que posibilite construir un nuevo régimen, incluyente, que sume y no polarice, que proyecte para las mayorías, que reivindique la dignidad nacional y la soberanía como el patrimonio fundamental de la patria y la justicia social como su norte.
A los participantes de este trascendental evento, los alentamos a reforzar la brega por la libertad de todos los prisioneros de guerra a partir de acuerdos, a derrotar la insensibilidad social, la soberbia y el cinismo del gobierno que atraviesa palos en la rueda de la liberación del cabo Moncayo y del soldado Calvo. Con ellos en casa, con los restos del mayor Guevara en manos de doña Emperatriz se deben abrir nuevos momentos para los guerrilleros y los integrantes de fuerza pública prisioneros de guerra.
Los alentamos a elevar las acciones por soluciones pacíficas a los grandes problemas del país. A trabajar por encontrar caminos que nos permitan construir la reconciliación de la familia colombiana.
En momentos como el actual, con un estado que juega el papel de Caín, similar al que juega Israel en el medio oriente, invadido por los gringos con autorización legal de un presidente apátrida, corrupto y violento hasta la médula, el pueblo colombiano necesita encontrar caminos de unidad, de confluencia de voluntades y de acciones entre trabajadores, empleados, campesinos, artesanos, indígenas, intelectuales, artistas y estudiantes demócratas, minorías étnicas y desempleados.
Y luchar por la hermandad latinoamericana, por la convivencia entre los pueblos, contra una guerra que nos quieren imponer desde el Pentágono norteamericano.
La paz de Uribe es una ficción. La verdadera paz de Colombia solo será posible si la construimos, sobre bases sólidas y entre las mayorías. A eso le continuamos apostando.